miércoles, 22 de abril de 2009

LA VIDA EN VERDE y trabajar en Valpo

Hemos pensado que tal vez, sería interesante crear una sección especial sobre el dilema que día a día enfrentan los trabajadores porteños: dónde diantre almorzar.
Como yo trabajo en Villa Alemana, no necesito sección, puesto que acá NO hay donde diantre almorzar, de hecho últimamente le compro unas hamburguesas a un tipo disfrazado de Talibán.
Sin embargo, hace algunos días, tuve la fortuna de tener que ir a la URBE de esta región a realizar unos papeleos propios de la profesión. A la hora de almuerzo, nos juntamos con el Seba y comenzamos la clásica pérdida de tiempo de todas las veces:
-"Y... dónde almorzamos?
- No sé di tu...
- ehh...no di tú....
- Nopo, tu trabajai acá
- ahhh, pero tu vivías acá..."
Como imagino que a nuestros lectores no les interesa leer nuestros debates pololeísticos sino nuestra opinión de sibaritas, me saltaré directamente a nuestro encuentro en la Plaza Aníbal Pinto, donde se encuentra el restaurant LA VIDA EN VERDE.
La Vida en Verde es un restaurant temático, ubicado a los pies de la subida Montt, frente al Cinzano. Perfectamente rehabilitado, sus creadores supieron aprovechar el espacio de manera impactante, logrando un restaurant de 3 niveles, y que parece amplio en un espacio muy reducido. Les sugiero entrar al baño: es como para abrazar al arquitecto.
Temático, porque La Vida en Verde se basa en Santiago Wanderers, el equipo de fútbol de la ciudad, por lo que toda la ambientación está orientada en SW. Hay vitrinas con recuerdos y trofeos, fotos antiguas de los equipos hasta de principios de 1900, y un LCD que está constantemente emitiendo videos sobre la historia del equipo, contextualizadas en la historia mundial, lo que es bien interesante. Al principio cuando vi que en medio de la historia aparecía la imagen del Che Guevara pensé que se trataba de mensajes subliminales, pero no: es contextualización. Todo es negro y verde. Hasta el uniforme de los mozos, y en líneas contemporáneas.
Llegamos a las 14.00 hrs y pudimos encontrar mesa cómodamente. Si bien la carta se veía interesante (acompaña fotos de los platos...) pedimos el menú ejecutivo, de $3.500.-
Este Menú consiste en un Pisco Sour, bebida o jugo, una entrada o sopa, plato de fondo y postre. De todo hay dos opciones para elegir. Como con mi Sebastián somos almas gemelas...pedimos casi lo mismo.
I. Appetizers y Bebidas
Raudamente traen a cada uno un pequeño vaso de pisco sour que está bien rico. Yo probé un sorbo, quizás dos, y luego parece que se drenó hacia la mesa porque mi vaso y el del Seba estaban vacíos. Minutos después traen las bebidas, pero no las sirven, sino las dejan al lado de los vasos.
Traen unos pancitos calientes y dos recipientes: uno con mantequilla y otro con una crema, como mayonesa con pepino...muy rico. Desaparecen también los pancitos...
II. Entradas y Platos de Fondo:
Sobre la entrada, había que elegir entre un consomé porteño y algo con coliflor. Discúlpennos por no retener el nombre, pero vimos la palabra coliflor y fue suficiente para pedir la sopa. El consomé porteño era un consomé de carne. Rico, bien servido en un novedoso plato hondo cuadrado negro. Bueno, un consomé (el mejor consomé de la galaxia lo podrá probar ud. en el restaurant Mesón del Diablo...creo que aún existe...en el Mercado Cardonal de Valparaíso).
Como plato de fondo, pedimos Bourguiñon de Res con puré de Zanahoria. Esto era un puré anaranjado con un leve sabor a zanahoria, sobre el cual habían una pocas tiritas de carne en salsa de carne. Lo primero que pensamos fue: "se ca.....ron con la carne". Sobre el sabor de Bourguiñon de res nada que decir, la carne muy blanda, sabrosa y sobre todo la salsa muy rica, pero creemos que el nombre era demasiado rimbombante para el plato: era un puré con rica carne tireada al jugo.
III. Postres:
Acá nuestras almas gemelas se separaron: Sebastián pidió sémola con leche y yo pedí Manzana Asada. El postre de sémola, servido en una linda copa, era de textura blanda y cremosa, y tenía encima un poco de salsa de berries. UN POCO. Mi Manzana asada era...una manzana asada, adornada con merengue espuma. Estaba bien, pero para mí le faltó azucar. Quizás era así, pero yo al menos sigo los consejos de Celia Cruz: azúuuuuuucar!!!
IV. Otros:
El video que pasan en el LCD es bien entretenido, en realidad uno se siente inserto en la pasión verde, y de vez en cuando se pasea el dueño preguntandole a los comensales si les gustó la comida, si todo está bien.
Lo bueno: La comida es rica, bien servida, el lugar es muy bonito y el precio del menú si bien no es taan barato, incluye la bebida.
Lo Malo: De alguna manera sentimos que en este restaurant se quedan en la forma sobre el fondo: todo es muy bonito, hasta los nombres de los platos y la cuchillería, sobre todo para el precio, pero la comida es común y corriente, con sólo toques de la cocina actual. Lo que si es terriblemente malo es que no hay redcompra.
Restobar La Vida en Verde
Condell 1154-1156 Pza. Anibal Pinto
Valparaíso. Fono: 032-2253551
Calificación: Probablemente volveremos.
Cuenta: $7.000.-

lunes, 6 de abril de 2009

LA GRAN CASONA, gran sorpresa

Este fin de semana decidimos dedicarlo a la familia. Bueno, a MI familia, participando en el cumpleaños de mi prima en el Cajón del Maipo. Primera vez que voy en vehículo propio: siempre le he tenido pánico a manejar en Santiago, pero confiando en que las autopistas son bastante mejor señalizadas que los mapas mudos de la 5a. región, me atreví. Llegamos así a almorzar a la casa de mis tíos un abundante pollo con papas fritas, donde aprovechando que no podía retarlo, Sebastián se comió toda la grasa refrita que encontró. A la noche como podrán imaginar un carrete en el Cajón del Maipo, había variadas sustancias líquidas y sólidas (abril...) menos comida, y tuve que textualmente obligar al dueño de casa para que soltara unos choripanes. Al día siguiente nos levantamos derechamente a la hora de almuerzo, donde nos esperaban vienesas, pavo, arroz y puré, nuevamente para felicidad de mi querido pololo.
El regreso, y tomando en cuenta que soy la reencarnación de MR. Magoo, fue estresante ya que en la oscuridad las autopistas "no son lo mismo", especialmente cuando se trata de la primera vez. Para el viaje el cocaví consistió en papas fritas y twistos...
Por todo esto que he explicado, siendo las 21.30 del día domingo, mi cuerpo me exigía un momento de relajo y principalmente un poco de alimentación saludable y sabrosa. Así, nos detuvimos en el primer restaurant que pillamos bajando desde Agua Santa: LA GRAN CASONA.
La Gran Casona es lo que yo conocía en los '90 como "La Casa Italia", lugar donde vestí algún repolludo vestido de fiesta de 15 años. En la actualidad, es un lugar que conservando su estructura típica de casona antigua, con grandes escaleras de madera y dos salones principales, está delicadamente refaccionada. La madera en tonos ébano contrasta con el fondo blanco, haciendo con sus cuadros y sillones una mezcla perfecta entre lo contemporáneo y lo clásico.
Llegamos (no creo que con muy buen aspecto) y uno de los salones estaba completamente ocupado por alguna comida-evento. En instantes llega un mozo, impecable y en el mismo estilo clasico-contemporáneo, quien nos señala que los domingos en la noche no se atiende, salvo los eventos, pero que de todas maneras nos atenderán sin problema. Primer Punto.
Pasamos al ótro salón, donde estábamos solos, una mesa muy bien puesta y muy bonita, flores naturales.
I. Appetizers y bebidas:
Lo primer que traen es una cuenca de madera con tres pancitos de cebolla calientes. Exquisito. Un platito con mantequilla en forma de merengue adordana con un perejil. Bebidas de tamaño normal y primera impresión: Nos sirven los vasos y dejan las bebidas a parte. Cada cierto rato, el mozo viene a rellenar nuestros vasos. Excelente.
De appetizer nos traen unas pequeñas tostadas con caviar de berenjena. Esto, una suerte de guiso frío de berenjena con un toque ácido. Muy rico.
II. Entradas y Platos de Fondo:
Lo cierto es que la carta es muy pequeña y está dividida según el "estilo". Comida Italiana, Peruana, entradas y postres. Yo pedí una entrada porque necesitaba algo refrescante: Sabor Costeño fue mi elección. Consistía en un ceviche de salmón cocido, en cebolla morada, limón y rocoto, lo cual lo hacía deliciosamente ácido y picante. Esto estaba acompañado de un puré de camote que tenía encima una hoja al parecer de camote frita, porque era semidulce y unos granos que después de mucho rato comprendí que eran simples dientes de choclo. Al verlos tan grandes y blanquecinos, no los reconocí, y menos al probarlos, ya que tenían un gusto a poroto/choclo/cebollín. Este plato era justo lo que necesitaba: refrescante, con sabores demarcados y deliciosos.
Sebastián por su parte, pidió un Ítalo Marino. El mozo nos advirtió que, por tratarse de un servicio "fuera de horario" no había parapadelle, sino otras pastas. Este plato era pasta con salsa o más bien crema de jaiva. Suave, pero con mucho sabor, cremoso y con una textura precisa. Lo cierto es que nos quedamos pensando en lo perfecto que sería ese plato con pasta fresca, como normalmente se sirve en CG. Habrá que ir a probarlo nuevamente.
III. Postres
Pedimos lo que nos pareció más "peruano": un Suspiro Chirimoya. Esto era un suspiro Limeño mejorado: servido enuna copa, sobre un plato adornado con salsa de frutos rojos, este suspiro Chirimoya era un suspiro limeño con sabor un poco más crítrico, lo que lo hacía menos empalagoso. Claro que lo empalagoso estaba aportado por los merengues y bastones de merengue sobre la copa, que también tenía algunas rodajas pequeñas de frutilla. No se trató de un postre muy sorpresivo o particular, pero estaba muy muy rico.
IV. Otros
Nos encantó al iluminación y a mí en particular, la música (dudo que Sebastián le haya puesto atención en los 4,3 minutos que demoró en comerse su Italo Marino!), ya que era-una vez más- una mezcla entre clásico y contemporáneo.
Lo bueno: El servicio, excelente. Nada de "estamos cerrando", "no es horario" etc. Por el contrario. Lo mismo el servicio a la mesa; lo mejor que hemos visto hasta ahora. La comida muy rica y los precios bastante razonables. En SAn Martín he comido ceviches de la mitad de calidad por el doble del precio.
Lo malo: Para pagar con redcompra hay que desplazarse hasta una oficina como de administración, y no nos pusieron servilletas!!!
Gran Casona Restaurant & Centro de Eventos
Alvares 398 Esq. Villanelo (Casa Italia)
Viña del Mar
Cuenta: $17.000
Calificación: Nos gustó mucho.