miércoles, 3 de junio de 2009

LA CANASTA, de pic nic en Maitencillo

El viernes 22 de mayo llegamos a MAitencillo exhaustos, después de ser premiados con un día de trabajo que medio Chile convirió en sandwish, y tras haber sorteado una neblina nocturna digna de la dimensión desconocida. Sólo imaginen el panorama fantasmal de neblina total pasando por Ventanas...en fin.
EL sábado, que nos tocó el primer real día de invierno de este año, pero rico, en cabaña familiar frente al mar. Decidimos invitar a mis papás a LA CANASTA, que fue el único restaurant recomendado, y partimos casi a las 16 hrs, pensando que tal vez nos quedaríamos afuera.
Llegamos a un local que parece como la casa de un hobbit....o de varios hobbits. Una gran puerta de madera, un salón con la cocina parcialmente a la vista, y un sendero de conchitas conducía a otro salón similar. Nos quedamos en una mesa del camino de conchitas, porque estaba al lado de la chimenea y porque había luz natural. La mesa era de madera con tronquitos cortados de manera transversal, muy original. Llega Félix a atendernos, tan joven como los demás meseros y nos entrega una carta simple, de pocos platos que sonaban muy bien.
I. Appetizers y Bebidas:
Dos coca colas y 2 Kunstman Torobayo, servidas en botella corriente. Para picar, mantequilla y una suerte de pebre un poco más elegante y pancitos calientes que, como era de esperar, debieron repetir para mi querido novio ponzoñoso.
Pedimos como entrada un carpaccio de salmón, el cual consistía en un plato de lomitos de salmón bastante grandes y gruesos, carnuditos como diría mi papá, con alcaparras y queso parmesano. Duraron menos que un pan en la mano de Sebastián, y el plato completamente vacío fue retirado.
II. Platos de fondo:
Maquiavélicamente planeé todo de tal manera que pidiéramos toda la carta de pescados. Sabía que mi papá pediría lo más caro (Albacora a la Vizcaína) , mi mamá lo más conocido (COngrio Oldarressa)y Sebastián lo que sonara más grasoso o pesado (Salmón con salsa Roquefort), así que por descarte tuve que pedir Corvina en reducción de Naranja.
En primer lugar, hago presente que los trozos de pescado de cada plato eran muy grandes. Supuestamente debe pedirse a parte el acompañamiento, pero en verdad, hay que ser muy chanchito para además pedir acompañamiento. La Albacora de mi papá tenía su fuerte en la salsa, blanquecina y lechosa, abundante en colitas de camarones, quedó fascinado. Sebastián como era de esperar pidió un plato que sólo pude probar un bocado para poder seguir comiendo el mío. Un sabor fuerte y salado, en un plato muy colorido, que también a él lo dejó feliz, pero que yo francamente no habría podido comer. Mi Corvina cocida al punto justo, era un trozo grueso que descansaba en un colchón de zanahoria picada cocida y agridulce, cubierta por unas capas como tempurizadas, crujiente. Pero el plato que realmente les pegó una patada a todos fue el congrio de mi mamá. Se deshacía en la boca dejando el leve sabor del cebollín y otros aliños varios...es-pec-ta-cu-lar.
III. Postres:
Félix nos recitó de memoria la carta de postres. Mis papás pidieron Mousse de castañas, Sebastián Tiramisú (para variar) y yo me arriesgué como en Pepito Tv pidiendo "el postre del día" que´se llamaba Delicia de Cuz Cuz . El Mousse de castañas suena mejor de lo que era, porque realmente, tenía muy poco sabor a castañas, pese a tener otros chiches varios. El Tiramisú de Sebastián era ideal para mí, porque tenía una base delgada (que es la parte que a mí no me gusta), seguro que él en cambio quedó con hambre. Y Mi delicia de Cuz Cuz era totalmente maravillosa: un armado de cuz cuz con caramelo, canela y frutos secos dulce hasta el infinito.
IV. Otros:
La infraestructura de maderas y troncos es hermosa, parece un bosque de cuento.
Lo Bueno: La comida es abundante y los platos delicados, el lugar es acogedor y muy lindo.
Lo Malo: Tal vez la cocina no arriesga mucho, intenta atraverse, pero de todas maneras los sabores son bastante conservadores. Ricos, por cierto, pero en el limbo entre la cocina tradicional y la contemporánea, sin decidirse.
Restaurant La Canasta
Av. del Mar 592
Maitencillo.
Cuenta: $47.000
Calificación: Volveré por ese Congrio, lo juro por Madonna.

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