lunes, 15 de junio de 2009

RUCCULA, la venganza de Los Tenedoristas

Pasaron así, varias semanas de dieta blanda para los tenedoristas después de la jaiba envenenada que literalmente "nos sonó". No sólo arruinó nuestra calidad de vida, que por momentos nos llevó a dudar si teníamos plumas de tanto comer pollo, sino que arruinó nuestra vida social. Pues entenderán, a qué diantre puede uno asistir a un evento social o carrete, si no se puede tomar ni comer. O sea, mejor quedarse en casa jugando Monopoly, que fue lo que en definitiva, hicimos.
En este contexto decidimos la semana pasada, un día que hizo un frío paralizante, vengarnos del maldito vibrión cenando en RUCCULA.
Ruccula ya se ve lindo y top por fuera. Lo cierto es que es aún más lindo y top por dentro. Como estábamos semicongelados, nos sentamos en una mesa prácticamente encima de la chimenea, lo cual fue un acierto. Se acerca Pablo, el mesero, se presenta y nos hace entrega de la Carta, que parece una agenda Rhein Color.
I. Appetizers y bebidas
Como no todo es perfecto, nos sirven unas latas a la mesa. Eso contrastó con la delicada servida de agua con limón en las copas de vino, desde un jarro. Buen detalle. Para picar, traen mantequilla cortada como queso rallado y pancitos calientes.
II. Entradas
Para que la venganza fuera real, pedimos con total cara de póker Selección de Ceviches (si mi doctor supiera, me habría hecho una tortura china, lo sé). El ceviche consistía en tacitas de masa sablee que contenían tres tipos de ceviche: reineta, salmón y camarón sobre un plato pintado con aji de color en aceite de oliva. Sobre el ceviche, mas o menos: el de salmón era desabrido, el de reineta un poco mejor, pero demasiado ácido, y el de camarón estaba MUY rico. 1 de 3 nos pareció poco. Pasemos mejor al siguiente plato.
II. Platos de fondo
Aunque todo sonaba tentador, Sebastián optó lógicamente por lo más chancho: Filete de Res. Esto era un medallón de filete relleno con prosciutto y queso camembert, sellado en licor de amaretto, todo acompañado con puré de ciboullete. Lo traen en un gran plato cuadrado, y en verdad, el filete se ve brillante y sobre él lo adornan unas hojas de rúcula. Previamente nos preguntaros a qué punto queríamos la carne y bravo, la carne estaba riquísima, Sebastián la pidió 3/4 y así efectivamente la trajeron, una delicia. El puré estaba pegado a la carne por un costado y aunque era sencillo, estaba muy aromático. Muy bien. Yo pedí Lomo Fundido. Siempre suelo pedir pastas, pero créanme, después de 2 semanas comiendo fideos con pollo, uno ya no quiere más pastas!. Este plato era un medallón de lomo con lonjas de queso de cabra gratinado al orégano, unas rodajas de berenjenas asadas y algo simple, pero exquisito: crema pastelera de choclo, la cual estaba contenida por una delgada lonja de zapallito italiano y con unas ciboullete puestas como bandera. Todo esto, sobre pintas de salsa de berries que al hacer contacto con la carne daban un sabor increíble. No dejamos ni una ciboullete cortada en el plato. Nada. Excelente.
III. Postres
Ciertamente, ya habíamos comido demasiado; los platos son suficientemente abundantes. Pensamos entonces en pedir un postre para los dos. La carta de postre parecida a la de todos lados, finalmente hicimos lo que siempre sugiero: pedir el postre más raro, el "de la casa". Pedimos entonces Fusión. Si ud. está a dieta o tiene algo de aquellos que las abuelitas llaman "calor al estómago", ABSTÉNGASE de probar este postre, que consiste en una gran tulipa de galleta de caramelo que contiene láminas de plátano (la carta dice doradas en mantequilla, pero no las vimos muy doradas, aunque sí tibias y suaves) dátiles en trozos y helado de coco. Como de George de la Selva. Francamente no creo que este postre pueda comérselo una persona sola. Ni aún Sebastián. O bueno, quizás sí, pero no creo que sea saludable, es maravilloso con todas sus letras, pero es grande y muy cálido. Al día siguiente no pude tomar desayuno.
Finalmente, con la cuenta, nos llevan una encuesta para llenar, y nos piden algunos datos. Preocupados los cabros por el CRM.
Lo bueno: El lugar, precioso, la chimenea, la atención, los platos ricos y grandes, la música medio noventera, wena.
Lo malo: Hay que afinar los ceviches, están lejos de aquellas deliciosidades peruanas que hemos probado. Muy ácidos y parece que el pescado estuviera super-lavado al punto de no tener sabor a mar!.
Restaurant RUCCULA
Av. Borgoño 15280
Reñaca, Viña del Mar
Cuenta: $28.000
Calificación: Nos gustó mucho.

2 comentarios:

paloma dijo...

se ve tentador... este restaurant era de Brian, pero parece que lo vendió

Anónimo dijo...

Mision cumplida Pía, muchas gracias.