domingo, 29 de agosto de 2010

Gracias, CARUSO

Hace un par de semanas con mi señor esposo, destinamos un día fomingo (para que no fuera tan fome...) a disfrutar de los primeros rayos más cálidos del año en un grato almuerzo. Nos dirigimos así con destino a ConCon, donde nuestro primer acto fallido fue no ir a Butiq, un restaurant pequeño y probadamente bueno de pastas y mariscos. Pensamos, una vez más erróneamente, que el lleno de un restaurant es indicador de su calidad (ya nos ensartamos una vez con La Gatita, pero somos porfiados), y esperamos mesa en El Emeterio, lugar de excelentes empanadas...y donde sólo volveré a comer empanadas, porque creo que han sido las 25 lucas peor gastadas (siempre después de Jaiba&Cordero) de nuestra existencia matrimonial. Tanto así, que ni aun pude animarme a hacer una referencia, porque de los platos que comimos, sólo recordamos su exhorbitante precio y tamaño, pero NADA sobre su nombre, ingredientes ni mucho menos, sabor.
El sábado, aunque Ud. no lo crea, Sebastián tuvo que ir a trabajar. Se vendió vilmente por unas pocas lucas y para evitar conflictos (es que es TAN bueno, el gordi), ofreciendose a trabajar solo para que ciertos españoles sigan siendo millonarios. Como esposa geisha que soy, le llevé almuerzo y lo acompañé toda la tarde mirando el mar. Pero en la noche cuando se dio cuenta que se había vendido como taxi boy primerizo, se levantó de su asiento cual macho cabrío y dijo "vamos a comer, gastémonos esta plata porque ya no la quiero, vamos a ese restaurant donde siempre has querido ir".
Llamé por teléfono y reservé una mesa en el gran CARUSO
Caruso es un restaurant de comida chilena ubicado en subida Cumming, en una casa antigua que se le ha dado una decoración estilo colonial, pero a la vez moderna. Es muy sencillo y pequeño, las mesas de madera brillan debajo de la linda combinación blanco/terracota de los manteles. En el centro hay una bosca, que entibia el ambiente porque como toda casa colonial, un podría c...se de frío.
En la entrada hay una especie de bar donde se encuentra uno de los meseros y nos pregunta si tenemos reserva. Nos indica nuestra mesa y de inmediato va otro mesero a dejarnos la carta.
I. Appetizers y bebidas:
Debo decir, que hasta la carta es sencilla y sobria. Impresiona un poco porque son pocos platos para elegir, pero recordamos los dichos de mi primo chef, que dice que sólo se puede confiar en un restaurant que ofrece pocos platos. Lo otro que impresiona es que los platos son descritos son extrema sencillez, nada de los típicos "filete en costra de sal del desierto y finas papas al romero en reducción de nosequé", que termina siendo carne con papas con romero espolvoreado.
Nos traen raudamente un pebre que estaba de pelos, mantequilla y para cada uno una mini marraqueta calentita y una mini sopaipilla. A mi Seba le brillaban los ojitos.
Yo pido una coca cola y Sebastián una cerveza Estrella Damm, Y una copa Santa Ema Cabernet Sauvignon (parece que quería olvidar su vejamen).
II. Entradas
Para picar, pedimos un tártaro de res. Al menos eso decía la carta, cuando nos traen un tártaro como si fuera un molde de arroz, de carne picada con mínimos trocitos de huevo duro, semillas de mostaza, ají verde, cilantro y limón, adornado con pancitos con vinagreta de albahaca y lechuga. Debo decir que esto, es lo más rico que he probado en mucho tiempo, y por un precio más que módico. Por favor, si va a Caruso, PIDA ESO!. Quedamos impactados y felices.
III. Plato de fondo
Creemos que acá lo que la debe llevar, es un pescado a la lata que ofrecen, pero el viernes había tenido una cena de la oficina donde comimos mucho pescado, así que no nos dio el cuero. Yo pudo un ceviche de mariscos y Sebastián un Lomo con papas cholas. Una vez más, el ceviche viene en un recipiente dentro de un plato que también lleva pan con la vinagreta de albahaca y una ensalada chilena, pero de tomates cherry. Y el ceviche más bien, diría yo que era un mariscal: camarones ecuatorianos, choritos, erizos, machas y pulpo, bajo cebolla morada, y aliñado con romero y quizás qué más, que lo hacía fancamente increíble. El lomo de Sebastián tenía el sabor rico del lomo, pero la textura suave de un filete, y venía acompañado por una suerte de pailita de cobre con papas cortadas en trozos, quizás con crema...bueno, no alcancé a verlas ni a probarlas porque fueron engullidas con rapidez y su comensal no supo decir qué tenían, pero sí dijo que eran "ricas!", también venía con una chilena al aceite de oliva, pero esta vez con tomate tradicional.
IV. Postres
Quedamos tan impresionados con la sorpresa que era cada plato, y atendido sus precios más que razonables en atención a la calidad, pedimos postre los dos. Yo pedí Arroz con leche y mi Seba Leche asada. Y bueno, ahí si que eran lo que decía la carta, ambos muy ricos, pero no impactantes! como el resto de la cena. De hecho a mí en el trabajo me dan una leche asada más ricca (señor repostero del concesionario del Soca, Ud. es mi pastor, nada me ha de faltar, la rica leche asada siempre he de recordar y mi alma reconforta!).
Lo bueno: La comida es memorable, los sabores se diluyen en la boca, es maravilloso. La atención un 7 y muy rápida.
Lo malo: Como es pequeño, el refrigerador está en el salón, por lo que a ratos se ve al chef paseándose hacia la cocina con los ingredientes que saca del refri. Es extraño, pero en verdad, a mi me da lo mismo. También quizás por su tamaño, no tenían 2 de los vinos que aparecian en la carta y que pedimos. Pero el que nos recomendaron al final era buenísimo.
Restaurant Caruso
Cumming, 201, Valparaiso
Cuenta: $26.000
Calificación: Volveremos sí, prometo llevar a mi papá a comer ese crudo!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como dato histórico, el caruso era un barucho porteño, de esos con olor a vino, cerveza y chicha impregnado en las oscuras tablas del piso, cerca del año 2003 o 2004 se refacciona, siendo una de las primeras iniciativas (si no me equivoco) que consideró tomar un sucucho y transformalo en algo mas gourmet... al principio aun se escuchaban los llantos de los viejos que se quedaron sin su lugar para pegar el ansiado cañonazo de las 12.
la comida desde sus inicios ha sido buena, a pesar de los cambios de dueños. Del sucucho aquel, creo que solo queda la rana que esta(estaba) en la barra.

Anónimo dijo...

Buena reseña, siempre es un gusto leerlos =)