sábado, 2 de mayo de 2009

FELLINI, una tradición en crisis.

El jueves 30 de abril, día que además fue mi santo, salí de mi oficina a eso de las 22.30hrs. Por supuesto, con ganas de alimentarme de cuaquier cosa, viva o muerta que encontrara en Viña del Mar. Sebastián como regalo de santo, me hizo una invitación abierta a cenar, por lo que -ni tonta ni perezosa- llamé a la hora de almuerzo a Pasta e Vino para reservar para la noche, escuchándose el sonido de la "tapa" hasta Petorca. Todo reservado al weekend.
Tras retirar a mi Seba que estaba como taxi boy en 4 norte con 6 poniente, nos estacionamos por ahí buscando con ímpetu un lugar donde comer. Yo quería pastas o mariscos. Leímos las cartas varias que se encuentran fuera de los diferentes restaurantes de por ahí sin convencernos del todo. Súbitamente decidí que necesitaba comer algo abundante y rico, ir a la segura, casi a la vena para revivir, sin importar que no se tratara de una experiencia nueva para nosotros, y entramos a Fellini.
Fellini es un restaurant clásico de Viña. Siempre hay alguien conocido con su familia, incluso algún famoso regional. En lo personal me encanta porque lo encuentro acogedor y elegante sin ser presuntuoso... en realidad me gusta porque hay ahí un plato que, aunque siempre leo la carta y hago como que estoy indecisa entre varios platos... al final pido lo mismo de siempre: Rotolo Afredo Boscaiola o Lasagna Alfredo Boscaiola.
Como es costumbre, nos atienden muy cordialmente, el mozo echa la talla siempre muy buena onda y nos acomoda por ahí, ya que par variar estaba casi completo.
I. Appetizers y bebidas
Como Fellini es como un clásico, la vajilla es de aquellas que dicen "Fellini", nada muy moderno: clasico. Traen mi amada coca cola de 350en botella y para el Seba su Kunstman Torobayo. Cada cierto rato el mozo se pasea y nos rellena los vasos. Luego nos ponen con pinzas tres pequeñas hallullas calientes en los platos de pan y un platito con mantequilla, un poco deformada, pero en fin. También traen algo que es un clásico de este local (y que me carga!): empanditas de queso tipo Líder; o sea hueca.
II. Entradas
Pensamos un rato y finalmente, considerando la onda polar, pedimos ostiones al champagne. Como los mozos acá son extremadamente buena onda y amables, entienden inmediatamente que se trata de un plato para picar para los 2, y traen doble cubierto. Este plato era simplemente fantástico, revividor, matapenas, matacañas, matajefes. En un típico plato hondo de greda, una gran cantidad de ostiones y camarones en su punto se asoman entre el jugo amarillento que burbujea hirviendo. Nada de aliños modernos, reducciones, ni fusiones ni nada: simplemente un clásico de Fellini como es el jugo de los ostiones y camarones al champagne, con crema y queso fundido, que al llevarlo a la boca deja una estela delgada de queso incortable. Mágico.
III. Platos de Fondo
Sé que sólo hablo por mí, pero al menos con esa pura entrada yo ya estaba lista para irme al sobre. Como plato de fondo Sebastián pidió Parpadelle con salsa de camarones, de pura curiosidad, ya que hace unas semanas, cuando fuimos a la Gran Casona, el plato que pidió venía originalmente con Parpadelle y nunca supimos de qué se trataba realmente. Se trataba de un spaguetti anchísimo, casi como esas lasañas para armar carozzi, en tricolor: roja, verde y normal. Era una pasta deliciosa, extremadamente suave, con una salsa de camarones igualmente suave, que estaba realmente rico.
Yo pedí lo de siempre (plato que pido desde 2001): Rotolo Alfredo Boscaiola. Este plato suele ser una plato de greda en que solo se ve la salsa boscaiola (salsa de tomates, callampas y cilantro ñam!) y al hundir el tenedor te encuentras con una muy delgada masa, como un canelon de espinaca y jamón costado en forma transversal, que tiene la misma magia del queso líquido fundido que te persigue del plato de ostiones. Esta vez todo se veía igual....el plato hirviendo burbujeando sobre la mesa y yo como el perro de Pavlov... la salsa rica como siempre, hasta que encuentro la masa y plop!! lo que otrora era relleno de jamón hoy era de mortadela. La aislé con el tenedor y la observé sin dar crédito a lo que veían mis ojos; pensé será al menos jamón de sandwich, pero no: tenía esos microporos de mortadela. Obviamente este elemento afectó profundamente el sabor del plato, sin contar que además estaba mucho más seco que de costumbre, poquito queso...nada de "queso persecutor" ni nada. Una pena.
IV. Postres
No pedimos postres, porque estábamos muriendo de sueño.
V. Otros
Nos ofrecen un bajativo por cuenta de la casa, que suele ser muy rico, araucano, menta frappé etc., pero tampoco pedimos porque habríamos empezado a dormir con la copa en la mano. Con la cuenta nos traen como siempre, dos dulces amborosoli de menta. Que adivinen quién se comió.
Lo bueno: Fellini no sabe de hambre. Acá ud. viene a comer un plato gigante de lo que sea. Son especialmente generosos con los mariscos. La atención es familiar y amamos el "queso persecutor" así como la Boscaiola, que no encontramos en otros lugares. Además algo que nos encanta: traen los platos en ebullición a la mesa.
Lo malo: La crisis estará afectando a Fellini??. Mortadela en un Rotolo me parece inaceptable.
Restaurant Fellini
3 Norte 88, Viña del Mar
Cuenta: $23.000
Calificación: Nos encanta, esperamos que el episodio del rotolo a la mortadela haya sido un lapsus.

4 comentarios:

sibarita lego dijo...

Estimados:
Los vuelvo a visitar por este súper entrete blog que han creado y seguido "alimentado".( (jijijijiji, no pude evitar decir esta talla culinaria) Les quiero comentar que no he podido leer este blog tan seguido como quisiera ya que no he tenido acceso a internet, pero ya me puse al día, y les debo confesar que me costo un montón no comentar cada una de las "entradas" (perdón, perdón, no pude evitar esta otra talla). Por lo anterior comentaré solo ésta. Ante les quiero contarles que me fue mal en el examen de grado para el cual tanto estudié, pero al menos conocí a alguien en mi trabajo de mañana, ya que así puedo estudiar en las tardes. Es lo que necesitaba al parecer ya que cuando me fue mal, esta persona estuvo ahí para darme un apoyo muy rico. No los sigo aburriendo....Pía, puchis que lata lo de la mortadela...Nunca he ido a ese restaurante, así que no puedo opinar. Tampoco he ido a Brasil, jaaaaa, que lata mi vida, no?..pero da igual. Te quiero pedir un gran favor Pía, donde puedo ir a comer con esta persona en una cena romántica? Me podrías dar una sugerencia?
Saludos a Sebas.
SL

Willy dijo...

Yo he ido una sola vez al Fellini, hace mucho tiempo, una vez que estaba de vacaciones con mis tatas, y recuerdo 2 cosas, principalmente: una, el antipasto, que es bacán, surtido y generoso. No resistí la tentación de sacarle un par de palmitos a mi tata (que no come carne, asi que se suponía que le íbamos a dejar a él todo lo que no fuera jamón y salame, pero igual no me aguanté...). Lo otro, es que pedí un spaguetti a la putanesca, y me lo sirvieron tal como tu describes, en un gran pocillo ovalado de greda, en el que sólo se ve una capa generosa de salsa. Me fui de espaldas cuando me lo sirvieron, porque no creí ser capaz de comerme todo, pero al final si pude. Y de ahí que no he podido olvidarme de ese plato, que espero repetir algún día.

Saludos.

La Tenedorista dijo...

Ciertamente el mejor momento de Fellini es cuando te traen el plato, y viene habiendo ebullición un gigante plato de greda. uhm...
Sibarita Lego, eso de reprobar el examen de grado es casi un trámite esencial la primera vez!!!. Así es nuestra profesión: pierdes en primera instancia, pero te levantas y apelas para ganar en segunda!!. En cuanto a restaurantes románticos, creo que podría ser el Divino Pecado, frente al casino, y si bien no es un restaurant, pero puedes pedir cosas ricas para picar es el Urriola en Calle del mismo nombre, en Valpo. Es pequeño y a la luz de las velas. La atención es muy cuidada y la carta de vinos excelente. Suerte!!

Anónimo dijo...

Hola Pía, a minutos de confirmar si la gripe que tengo es la porcini (oj, estoy como el compadre de las tallas culinarias) o es la normal, me metí a leer el blog.
Sobre este lugar, me sorprende la opinión que tienen. La verdad es que las veces que he ido lo he encontrado malo y remalo. A parte de feo, pero eso, si la comida fuera buena, daría lo mismo.
Lo odié desde que en la carta decía xxx (no recuerdo el nombre del plato) "el más sabroso de la carta". El punto es que eran como unos ravioles rellenos con carne de cerdo, ricota y espinaca... puaj! que decepción! De ahí le hice la cruz y nunca más volví.
Ya no se puede confiar en las recomendaciones del menú.
Saludos!
Marcos A.